“Rockeros insurgentes, modernos complacientes”, un reciente libro del sociólogo Ferrán del Val, demuestra que, si bien el artefacto no se diseño en Ferraz, la «movida» fue promocionada por un PSOE, que buscaba enlazar con los sectores más jóvenes de los votantes, y obtener con ello un rédito electoral
Un libro recientemente publicado, “Rockeros insurgentes, modernos complacientes”, del sociólogo Ferrán del Val, ahonda en la «movida» madrileña de los años 80 del pasado siglo, y pretende dilucidar si detrás de este movimiento cultural, estaba la mano del PSOE.
Es indudable que el PSOE no fue el que dictaba el movimiento cultural que se vivió en aquella Madrid recién salida del tardofranquismo.
Si es cierto, el libro lo demuestra, que el PSOE favoreció a los jóvenes artistas posmodernos que surgieron, como champiñones, en el discurrir urbano de la capital de España.
Son legión los músicos y artistas de la «movida» que no dudan que los políticos de aquella época, sobre todo con Tierno Galván, el regidor socialista de aquellos años, se acercaron a la «movida» porque podían sacarle rendimiento electoral.
Son también muchos los manager musicales, que certifican que fueron muchos los ayuntamientos del PSOE, que los contrataban para rentabilizar políticamente los conciertos, en un momento, en el cual la edad para poder votar pasó de los 21 a los 18 años.
El PSOE se identificada con una nueva ola de artistas y músicos, que rompían con los códigos simbólicos estéticos del pasado, eran espontáneos e inmediatos y además, invitaban a sus legiones de seguidores a vivir el presente.
También tuvo importancia, que los políticos de todo signo abrazaran la «movida», ya que así se trasladaba a la opinión pública, nacional e internacional, que España había cambiado y que se abría a la democracia, el futuro y Europa.
De ese modo, muchos políticos «se tapaban las vergüenzas», para no tener que mostrar que la Transición, no fue sino un pacto vergonzante con las estructuras de régimen franquista, que dio lugar a una democracia imperfecta.
Fuente – El Confidencial | Imagen – Mario