La actual situación política en Euskadi, con acuerdos políticos y de índole económica de calado y en los que participan tres de los cinco partidos políticos con representación parlamentaria en Vitoria, hace prácticamente imposible que se reproduzca una situación como la catalana
A pesar de que desde el PNV se ve con «simpatía» y se identifican sentimentalmente con el proceso republicano que se ha desatado en Cataluña, desde el EBB también se explica que “nadie en su sano juicio quiere ver en Euskadi las imágenes del domingo pasado en Cataluña.
Máxime, porque desde hace algunos años también se puede hablar del «oasis vasco», con una paz política e institucional que hacía décadas que no se respiraba. A pesar de ello, en las sedes de los partidos políticos vascos el estado se puede calificar de «calma tensa».
Nadie, ni en la política vasca, ni en la española ni en la catalana, cree que, independientemente de como se desarrolle el Procés, la política y la economía vascas no se vayan a verse afectadas.
Por ello, y salvo EH Bildu, el resto de los partidos políticos con representación parlamentaria, lo que se pretende es mantener el «statu quo» actualmente existente. A pesar de ello, han surgido algunas plataformas ciudadanas, como es el caso de Gure Esku Dago, que pretende capitalizar y aglutinar a los antisistema.
Una buena muestra de la «pax romana» que se vive en Euskadi, es el acuerdo, histórico se puede calificar, entre el PNV y el PP vasco, que ha permitido aprobar los presupuestos para el año 2018.
Dicho acuerdo, se une al que los jeltzales mantienen con el PSE – EE, con el cual han conseguido estabilidad política en ayuntamientos, diputaciones y hasta en el Gobierno vasco, y que no tiene visos de romperse, remedando así los acuerdos políticos de calado que el socialismo vasco y el nacionalismo burgués mantuvo durante los gobiernos de Ardanza.
Fuente – El Correo | Imagen – EAJ – PNV Guipúzcoa
La actual situación política en Euskadi, con acuerdos políticos y de índole económica de calado y en los que participan tres de los cinco partidos políticos con representación parlamentaria en Vitoria, hace prácticamente imposible que se reproduzca una situación como la catalana