PSE – EE y PNV consideran que las maniobras dilatorias que EH Bildu está efectuando en el normal funcionamiento del Consorcio de Residuos están llevando al territorio histórico de Guipúzcoa a una situación medioambiental difícilmente sostenible, sobre todo porque el proyecto para la construcción de una incineradora para la gestión de los residuos se sigue retrasando

Las dos formaciones políticas consideran urgente que se reactive y se reúna la Junta General del Consorcio de Residuos del que todavía tiene la titularidad EH Bildu. El cambio se hace pues necesario después de que la izquierda abertzale haya sido desalojada del gobierno foral.

Entre las ideas compartidas entre el PSE – EE y PNV se encuentra en dar un giro a la política de residuos en ese territorio histórico y que pasa por retomar el proyecto de construcción de la incineradora. Sin embargo a día de hoy el único partido que puede ordenar la reunión del consorcio sigue siendo EH Bildu.

Sin embargo y desde el PSE – EE en palabras de José Ignacio Asensio, Diputado Foral de Medio Ambiente, el gobierno foral se mantendrá firme ante los intentos de dilación en la toma de decisiones en esa área.

Mientras tanto la todavía presidenta de la institución, Ainhoa Intxaurrandieta (EH Bildu) alega defectos de forma para no convocar una nueva reunión del consorcio. Por su parte la coalición de gobierno entre socialistas y jeltzales optará por solicitar la convocatoria por medio del Consejo de Diputados.

La situación en la cual se encuentra el consorcio bien cabría calificarla como enquistada y lo único que se está logrando es que en Guipúzcoa la situación medioambiental se esté deteriorando a pasos agigantados; la situación contrasta con las facilidades que la anterior administración trato a EH Bildu cuando se hizo con el control de la Diputación Foral de Guipúzcoa.

Una de las nuevas iniciativas de los nuevos responsables políticos de Diputación Foral de Guipúzcoa es conseguir un crédito de Banco Europeo de Inversiones pero el actuar de la administración de EH Bildu, que dejó de pagar ciertas obligaciones financieras, ha hecho que la reputación de Guipúzcoa como buen pagador se haya resentido.